jueves, enero 01, 2015

COMPRAR, GASTAR, CONSUMIR


Hay que lanzarse a consumir y a devorar el mundo durante estos días.

Los regalos, las cenas, los discos y los libros, los bebés de juguete y los cuentos preciosos, son el puente que conecta la Navidad con su verdadero significado, que no es otro que la felicidad de las cosas, y el cariño e ilusión que depositan en ellas quienes las regalan y quienes las reciben. No encuentro mayor placer que ver a mi hija abrir regalos, o tratar de averiguar qué me ha comprado mi mujer. Hay que comprar y gastar, convertir el pecado en virtud y dejarse de estrecheces; no eres peor tipo si te gastas tu pequeño capital alegremente durante estos días. Tenía una amiga que me decía "yo para Navidad, prefiero que la gente done el importe de lo que me quieran regalar a una ONG", what???

He vivido periodos de religiosa austeridad, con ese sentimiento de culpabilidad pequeñoburgués del que habla Javier Cercas en El Impostor, aunque yo no me considere pequeñoburgués ni pequeño nada; sentirnos mal por abusar de nuestra escuálida VISA Electron. Pero no pasa nada. Estoy igual de jodido, lo estamos. El amor y el deseo son mentira, y mi psicólogo siempre cobra, compre o no compre por Navidad. Así que, a gastar.