domingo, abril 15, 2012

BRUCE SPRINGSTEEN, WRECKING BALL


La estatura universal de la figura de Bruce Springsteen convierte el hecho de criticar cada uno de sus nuevos lanzamientos en un acto inútil. Lees y escuchas de todo. Una misma canción como This depression, de este nuevo Wrecking Ball, es para unos un tema de relleno, y para otros una sentida y desnuda confesión. No sé, cada vez me gusta menos leer sobre Springsteen, porque cada vez veo que pesa más la imagen que cada uno tiene de él, y naturalmente, considero que la opinión correcta del hombre de Freehold es la mia. A saber, me siguen emocionando sus directos, y me da igual que en cada estadio se cuelen miles de fans casuales que solo van a un concierto al año; Bruce mantiene una integridad y una pasión, con todos los matices que quieras, pero están ahí y eso me gusta porque no traiciona al Bruce del pasado; luego están sus últimos discos, de los cuales me quedo con poco. The rising, por ejemplo, sigo considerándolo un plomo muy poco soportable, Working on a dream sigue atragantándose, y siempre pensaré que el día en que Bruce se empezó a obsesionar con el jodido violín, algo se fue al carajo en el sonido de la E Street Band. Y así hasta ahora, con un Wrecking ball que me ha entrado con fuerza desde su tajante primer tema, We take care of our own (¡claro que sí!), y luego con Easy money, This depression, Wrecking ball... Aquí está un Bruce que habla en un lenguaje actual, sincero, y que a pesar de cargarse a las espaldas con todas las taras de su país (él lo ha querido así), consigue interesarme de nuevo, más allá del mensaje social, como solo lo han hecho en los últimos años temas como Radio nowhere, o el macro proyecto de reedición de Darkness on the edge of town. La gira por los USA está siendo grande, y espero con ganas el concierto de Barcelona.

Aquí una Tenth avenue freeze-out que finaliza los conciertos de la actual gira, con un bonito homenaje al Big Man...