lunes, agosto 23, 2010

RESTAURANT BO.TIC (CORÇÀ, GIRONA)

La cocina de Albert Sastregener es imaginativa, colorista, de suaves contrastes, y al fin excelentemente desarrollada. El restaurante Bo.TiC, situado en un antiguo molino a la salida de La Bisbal d'Empordà, Girona, marca un punto destacado en la gastronomía de la zona. Una estrella Michelín concedida este último curso es el reto de este chef y la amable jefa de sala Cristina Torrent.


(Snacks)

Y por lo que pudimos comprobar en la cena del pasado domingo, el éxito del Bo.TiC puede durar, aunque no por ello dejaré de comentar algún detalle que podría ajustarse, siempre pensando que la experiencia de una sola cena dista mucho de proporcionarte una visión suficientemente objetiva de un establecimiento, aunque al fin y al cabo, quién decide cuando podemos juzgar con validez un restaurante, una canción o una persona, lo importante es que uno tenga ganas de gozarlo, la experiencia de una cena en un lugar de interés con buena compañía, y luego contarlo, a los amigos, en un blog, donde sea... La cocina del Bo.TiC, ya lo he dicho, roza la perfección en algunos platos. Del largo y bien calculado menú que disfrutamos, destacan los snacks (todavía saboreo el ravioli líquido de Bloody Mary), ligeros, divertidos, y un entrante que me dejó boquiabierto: el gazpacho con salpicón de bogavante y albahaca, delicioso caldo que resulta de la separación del agua del tomate, sabroso, distinto, pero a la vez perfectamente reconocible.


(Gazpacho con salpicón de bogavante y albahaca)

Un error de concepto, creo, son las fresas con virutas de foie, el tercer entrante, que asesinaron la sutileza de los platos que habíamos probado hasta entonces en favor de un sabor de fresa ácido, demasiado industrial, atracón de gominola ante el cual el foie poco puede hacer. En cuanto al pescado, limpio y sencillo cabracho con delicioso parmentier de boletus; y carnes, con pies de cerdo y maravillosas tallarinas de sepia. De los postres, fantástica adaptación de Gin Tonic de Hendrick´s, y muy buen postre de chocolate en texturas, aunque es una pena que seguidamente nos sirvieran petit fours, de nuevo, de chocolate.


(Cabracho con parmentier de boletus, mango y pimienta Sechuan)

En sala sin embargo, podrían ir un poco más finos. A veces ocurre en muchos restaurantes que los camareros viven en un soterrado ambiente de tensión durante todo el servicio, y eso cuando lo noto no puedo soportarlo, una de las primeras lecciones de un buen camarero debería ser aprender a disimular tensiones y nervios; luego hubieron pequeños errores en nuestra comanda, nada sin embargo muy importante, porque la amabilidad y las buenas formas son la nota dominante de la sala. Mis mejores deseos para que el Bo.TiC afine día sí y día también todos sus instrumentos, de forma que destaque límpiamente su excelente cocina.