jueves, junio 11, 2009

REPETIR RESTAURANTE

No es lo mejor que puedes hacer para culturizarte gastronómicamente, ir siempre a los mismos restaurantes. Pero es un error que cometo desde que me obsesionaba la hamburguesería Iván, del sitio donde veraneaba, y deseaba ir un día y otro y otro, y no quería ni que me hablasen de alguna alternativa. Ahora cometo los mismos errores, y cuando encontramos un restaurante adecuado para nuestro bolsillo en el que por muchas razones nos sintamos bien (una de las principales es el servicio, quiero que me sirvan a buen ritmo y amáblemente, el buen juego de un camarero es para mi igual de esencial que el punto de crujiente por fuera de un filete a la parrilla), entonces repetimos ciégamente hasta extenuarnos. Nos ha pasado con el San Telmo, el entrañable restaurante argentino del Poble Sec, con los montaditos del ahora un punto decadente Txacolí, con las mejores pizzas de la ciudad, las de La Bella Napoli de al lado de casa, con Les tres pommes, la crepperie, con El Japonés del Tragaluz, donde habremos ido doscientas veces, últimamente con La Taverna del Clínic, donde por poco dinero pruebas pequeñas exquisiteces servidas por una encantadora camarera sudamericana, Diana, o con Il Buono Amici donde nos apuntaríamos cada sábado sin dudarlo, y etc. etc. En el caso de El Japonés, por ejemplo, es símplemente por comodidad y relación calidad precio, porque el restaurante en sí no tiene nada de especial, pero con Il Buono Amici o La Taverna ya es cuestión de estar a gusto y comer realmente bien. En Barcelona hemos comido de fábula en sitios como el Toc, el Embat, el Shunka, el chuletón del Vinya Röel o recuerdo ahora, el chuletón de La Yaya Amelia, sin contar con las comidas familiares, de mayor enjundia, pero al final del día, a parte de tratar no marear la Visa, a mi me gusta lo bueno conocido, no quiero riesgos, quiero estar bien y saber que todo marchará correctamente. Comer, -una mesa, unas personas conversando, un vino, el sonido y el tiempo que pasa despacio- es demasiado importante como para permitirse muchos experimentos.