lunes, diciembre 15, 2008

BETTIE PAGE


Desde aquellos días en los que me fotocopiaba las picantes páginas de un libro de importación de un amigo dedicado a Bettie Page, me enamoró su físico -claro- y su desparpajo. Esta mujer no solo era sexo, era un volcán alegre por estar vivo, por sentirse a si misma, como una niña que juega sin más, sin pensar en quién la juzga. Hay mitos en mi vida que permanecerán más tiempo porque creo que eran buenas personas. Y Bettie lo era, estoy seguro, por más turbulenta y triste que fuera su vida después de abandonar el mundo de las pin ups a finales de los 50. Y en su época de gloria, ella fue la modelo que nunca alcanzarías, pero a la vez, su sonrisa, su despreocupación y naturalidad hacían creer a sus fans que todo era posible, y que quizás su vecinita de al lado era como ella. Bettie Page no solo levantaba miembros, sino que levantaba autoestimas. Con ella el sexo era algo natural y alegre. Bettie Page ha muerto, pero su sonrisa iluminó muchos rincones oscuros, muchas mentes cerradas, muchas censuras atávicas.