miércoles, junio 11, 2008

APRENDRE DE CATALUNYA

Als catalans ens ha tocat patir (i encara hi som) un parell o tres d´anys de depresió. Els trens no arribaven, patíem la degeneració de les infraestructures, un maltracte des de Madrid que culminava amb un estatut que ens han sofregit fins que nomès han quedat les engrunes negres cremades i enganxades al fons de la cassola, en fi... Però la paciència de la gent del carrer ha sigut impressionant. En sèrio, hauríem d´estar molt més cabrejats, mil vegades més indignats, hauríem d´enviar un comando de cabrons amb pilotes per cantar-li la canya a la Magdalena Álvarez, hauríem de fer tantes coses. I tanmateix, seguim amb la nostra vida prou normal, moderadament pacífica, lleugerament distanciada perquè no se'ns mengi la crua realitat. Per això, ara que aquests transportistes (que no són ni la meitat del sector!) volen convertir les seves reivindicacions en el nostre problema, ara que els nervis comencen a estar al punt de bullir, ara que ni el més hippy es creu això dels piquets informatius que no condicionen, ni amenacen, ni tota aquesta parafernàlia de vaga que ha aturat el país i ens ha privat de la nostra llibertat, ara donçs és el moment de donar una lliçó de fredor i intel-ligència, no caure en actes estúpids de violència i nervis, com deia l´altre dia, ser crítics, però aguantar el temporal sense caure en la provocació. Nosaltres mai ens hem de situar a l´alçada d´aquells que, per collons, han posat al país en quarentena.

IAN GILLAN: "LIVE IN ANAHEIM" (2008)


El nuevo disco en directo de Ian Gillan es una buena noticia para los que nos postramos, sumisos, ante cualquier cosa que haga este hombre. Y cualquier cosa no tiene porque decir algo bueno, porqu este hombre nos tiene acostumbrados a acertar a veces, y cagarla otras tantas. Ian Gillan tocó el cielo como vocalista con los Deep Purple más clásicos y espídicos, luego se marchó y cruzó por el resto de los años setenta formando curiosas bandas de fusión jazz,como su Ian Gillan Band, o luego con su banda Gillan a secas, donde adoptó la pose que mejor le va: la de rocker cervecero repasándose todos los clubs inmundos de Inglaterra y perdiendo la voz y el hígado en el intento. Luego se unió a Black Sabbath, se reunió con sus ex de Deep Purple, siguió bebiendo y dando conciertos vergonzosos y otros que no tanto. Ahora, viéndole todo mayor, con gafas para poder leer las letras de sus propias canciones en los conciertos, Gillan se me antoja como un buen hombe que ha vivido el rock a fondo, y atesoro sus discos, todo todito, como quién mima a sus gatitos mientras duermen en un cesto de mimbre.
Hace un par de años Gillan hizo un breve parón en su actividad purpleliana y salió de gira para pasear su cancionero en solitario. Este Live in Anaheim repasa uno de esos conciertos, alegres, buenrollistas y cerveceros, como debe ser. Gillan incluye maravillas oscuras del pasado Purple (Wasted Sunsets es una canción maravillosa), y recuerda sus viejos mini-hits con su banda Gillan, como ese imprescindible No laughing in heaven entre otros. Escúchalo como quién se toma una aspirina, no te darás cuenta y te hará sentir mejor, aunque sin llevarte al cielo.