martes, diciembre 11, 2007

ASÍ ESTAMOS, VAYA CON LA MINISTRA Y OTRAS CONSIDERACIONES.

La política está por los suelos. Peor que el sector musical, peor que la Barcelona prehistórica que nos venden en el Vivir de La Vanguardia, peor que Ronaldinho, peor que todo.

Creo que estamos inmersos en un periodo oscuro, negro negro. Hay miles, millones de tipos como yo, que estamos tan desilusionados, tan cansados, que preferimos dedicar nuestro tiempo a pensar en King Diamond, o en el Tomate (anda que cómo se pasa el Jorge Javier Vázquez, dice que los de Se lo que hicisteis... de la Sexta se drogan y tal) y olvidar que existen ellos, los tipos a los que votamos.

Es como si alguien hubiera metido un palo en la rueda, pero un palo que no saca ni dios, en parte porque a ningún político de ningún partido le interesa liderar nada, tomar las ilusiones de la gente y transformarlas en un país que valga la pena. No, porque si lo hicieran se expondrían al error, o a la pérdida de espacio mediático (cuando las cosas van bien, cambiamos de canal, preferimos ver a Acebes -¡miserables!- y a los demás despreciarse unos a otros). El partido del poder hace lo justo siempre, pero nunca llegará a la mitad de lo que prometía, y peor, a la mitad de lo que tú esperabas. Es como los sociatas. Lo de sus primeros meses de legislatura, leyes de alcance social, a favor de los gays, luego sacar a los boinas verdes de Irak, buenas palabras y mejores modos, y las ilusiones por la negociación con ETA. Pero ahora qué coño tenemos. Una insoportable ministra de fomento, que de verdad que ofende, y que si fuera pepera, vamos, es que estaría exiliada a Filipinas por lo menos. Da asco ver como desde el PSC protege a la Magdalena esta, como mucho, el alcalde de Barna, ese que grita, dijo que ella tenía un problema de comunicación, ¡problema de comunicación! Claro, si es que no nos comunicamos, de hecho, los trenes no llegan, ¡cómo nos vamos a comunicar!

Lo de esta señora es lo que hay cuando un partido pasa demasiado tiempo en el poder (¡y en este caso no llega a una legislatura!), a saber, chulerío, prepotencia, y un instinto salvaje de supervivencia, de que aquí no me mueve ni el diablo. La señora esta me recuerda a Gil, a la España cañí y bien negra, a Encarna Sánchez, a... En fin, sus referentes no son precisamente Indalecio Prieto.

El país tiene más problemas, y el gobierno unos cuantos claro, pero la ministra de fomento, toda ella, es un resumen, la esencia y el problema en toda su negrura.